Sunday, September 10, 2006

El mal de ojo

El hombre es libre de hacer el bien o el mal (libre albedrío)

El hombre, mediente su libre albedrío, debe elegir entre utilizar las dos energías que hay en su interior, positiva o negativa.

Los pensamientos negativos causan daño

El hombre puede tener pensamientos positivos o negativos, pero debe quedarnos claro que cada vez que tenemos pensamientos malévolos hacia una persona, le enviamos energía negativa, y por tanto, le hacemos daño.

Nuestros pensamientos negativos son energías que se depositan en los lugares en los que vivimos. Esta tensión impregna los hogares, los despachos... los lugares donde se han depositado dichos pensamientos negativos. Estas vibraciones son captadas por las personas sensibles cuando entran en un lugar.

Además, cada ser se une a otros semejantes. Lo negativo atrae a lo negativo. Lo positivo a lo positivo. Si hablamos mal de los demás o a los demás, les estamos dando unas sugestiones verbales que penetran en el subconsciente del destinatario y se depositan en forma de conceptos, miedos o aversiones. Debemos, pues evitar pensar y/o hablar mal de alguien, porque así le hacemos MAL DE OJO.

El poder que se atribuye al ojo

En la Antigüedad se pensaba que de los ojos salía energía, y que esta podría producir un bien o un mal. Esta energía se denomina "psiconi"

De ahí la expresión positiva, cuando alguien nos causa una buena impresión, de decir "Lo veo con buen ojo"

La expresión mal de ojo significa que una persona emite energía maléfica utilizando los ojos.

Es una creencia generalizada que las personas en trance de muerte pueden lanzar un poderoso mal de ojo; de ahí el motivo por el cual existe la costumbre de cerrar los ojos del muerto.

¿Quién nos puede hacer mal de ojo?

Cualquier persona que nos envíe pensamientos negativos, de odio, nos puede hacer un mal de ojo, incluso sin pretenderlo. Incluso una persona presa de cólera o de una crisis nerviosa, puede enviarnos pensamientos perjudiciales.

La expresión de origen napolitano Jettatura se refeire a lanzar la desgracia sobre hombres o animales. El jettatore es un personaje triste, un hombre alto, delgado, de nariz larga, ojos pequeños y ceñudos, piel verdusca y nuez de adan saliente, escorbútico y antipático; con trajes oscuros, muchas veces lleva gafas oscuras.